Mirarse todo el rato el ombligo
Hay gente que tiene un grave problema en las cervicales. Las vértebras superiores se desgastan a mdida que el ombligo es objeto de culto. Un 11 de septiembre o cualquier otro día de culto a las patrias es ese momento de éxtasis y catarsis a la búsqueda de añejas esencias. Existir siendo diferente, desplegar trapos pintados de colores llamados banderas, incluso analizarse la sangre por si hubiera un gen diferente por nacer en un territorio, he ahí el deorte que unos cultivanmientras la gran mayoría "pasa olímicamente" de tales actos y se entregan a disfrutar del puente en el campo, playa, montaña o sofá.
A estos no se le deforman las cervicales por motivos patrios. Quizá ya las tienen en cuarentena por otras causas. No obstante, tanta reivindicación de más financiación podría servir también para pensar en cuánto de este dinero no será para engrasar una maquinaria burocrática bien pertrecahada de asesores, gabinetes, secretarios, subsecretarios y coches oficiales, comidas de trabajo, visitas turísticas con el apelativo de "oficiales", prebendas por defender los colores oficiales, o no cambiar de lengua aunque no te entiendan, o a ver quien tiene el mástil más largo.
Un 11 de septiembre es un buen día para pensar si vale tanto una frontera en un mundo global, si proclamar ese gen de la diferencia representa un escalón más alto en la desigualdad humana. Tanta gente inteligente como hay en todas partes seguro que miran más alto que su ombligo. Aunque sigan teniendo desgstadas las cervicales.
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