De patrias, patriotas y apátridas
Te sorprendo con estas tres palabras porque un amigo mío las menciona cuando está harto de escuchar tantas interpretaciones sobre la franja de tierra donde vivimos. Sé que te sorprendo hoy, día 12 de octubre, al que no me atrevo a ponerle apelativos por no ser políticamente correcta o, más bien, incorrecta.
Estoy harta de lo que aguantamos las que nos preocupamos por enterarnos de qué pasa. Hasta mis amistades más políticas dicen lo mismo que yo. Tantas discusiones sobre estatutos con el diccionario de sinónimos en la mano, tanto teatro barato y más comedia aún en algo que puede acabar en drama. O en pantomima.
Cierto, soy joven. Sé poco comparado con vosotros, adultos. Pero, créeme, te he demostrado que tengo más de dos dedos de frente, a pesar de mis arrebatos adolescentes. Mi sexto sentido me dice que temas que decís profundos a la mayoría no le importan. Y se hablan de ellos es porque los medios de comunicación se convierten en el quinto y sexto poderes juntos. Nos machacan hasta el aburrimiento. Declaraciones y contradeclaraciones, límites, comas mal puestas, palabras mal usadas, réplicas y contrarréplicas. A vivir que son dos días, me digo a mí misma.
No me he leído el famoso Estatuto de donde vivo, Cataluña, pero tranquilo, tampoco pienso leerlo. A pesar de mis dificultades, no gastaré mi tiempo en tamaño documento. Mi padre dice que me gobernará y que por eso es importante. Él es un moderado nacionalista con capacidad crítica. Hasta le pareció duro pero aceptó lo que dijimos aquí el otro día. Eso que Nacionalismo se escribe con Z. También le recordé que tú y yo sabemos de gente nacionalista excelente, como gente de derechas, de izquierdas, de centro o gente que pasa de este tema.
Ni doces de octubres ni onces de septiembre ni patrias ni naciones que discriminen a nadie, que pierdan el sentido del respeto y de la solidaridad. Tú eres mayor que yo y me lo has dicho muchas veces: ante conflictos entre términos de este tipo, yo me quedo con los problemas de las personas en concreto, con sus preocupaciones.
Sé poco de la historia pero en varios años que la he estudiado saco la conclusión que quien ha provocado más muertes en la humanidad son las banderas, las fronteras y las religiones.
O sea que menos rollos y más derechos humanos.
Estoy harta de lo que aguantamos las que nos preocupamos por enterarnos de qué pasa. Hasta mis amistades más políticas dicen lo mismo que yo. Tantas discusiones sobre estatutos con el diccionario de sinónimos en la mano, tanto teatro barato y más comedia aún en algo que puede acabar en drama. O en pantomima.
Cierto, soy joven. Sé poco comparado con vosotros, adultos. Pero, créeme, te he demostrado que tengo más de dos dedos de frente, a pesar de mis arrebatos adolescentes. Mi sexto sentido me dice que temas que decís profundos a la mayoría no le importan. Y se hablan de ellos es porque los medios de comunicación se convierten en el quinto y sexto poderes juntos. Nos machacan hasta el aburrimiento. Declaraciones y contradeclaraciones, límites, comas mal puestas, palabras mal usadas, réplicas y contrarréplicas. A vivir que son dos días, me digo a mí misma.
No me he leído el famoso Estatuto de donde vivo, Cataluña, pero tranquilo, tampoco pienso leerlo. A pesar de mis dificultades, no gastaré mi tiempo en tamaño documento. Mi padre dice que me gobernará y que por eso es importante. Él es un moderado nacionalista con capacidad crítica. Hasta le pareció duro pero aceptó lo que dijimos aquí el otro día. Eso que Nacionalismo se escribe con Z. También le recordé que tú y yo sabemos de gente nacionalista excelente, como gente de derechas, de izquierdas, de centro o gente que pasa de este tema.
Ni doces de octubres ni onces de septiembre ni patrias ni naciones que discriminen a nadie, que pierdan el sentido del respeto y de la solidaridad. Tú eres mayor que yo y me lo has dicho muchas veces: ante conflictos entre términos de este tipo, yo me quedo con los problemas de las personas en concreto, con sus preocupaciones.
Sé poco de la historia pero en varios años que la he estudiado saco la conclusión que quien ha provocado más muertes en la humanidad son las banderas, las fronteras y las religiones.
O sea que menos rollos y más derechos humanos.
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