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el informador informal

El alto nivel de vida de mezquinos racistas

Hoy, a las 18 horas, dentro de un bar de la principal calle del pueblo con mayor renta de Cataluña (conversación en catalán):
- Mira Jordi, ¡estos moros asquerosos que hay ahí fuera son una mierda! ¿Os habéis fijado lo mal que huelen? Es inaguantable pasar al lado de ellos ¡Estoy harta de ver a esta gentuza aquí en el pueblo!
- Vamos afuera con cuidado que hemos de pasar al lado de ellos. Vigila porque como están trabajando, a lo mejor pasas al lado de ellos y te apestan con su olor. Esperemos que se aparten de la calle para dejarnos pasar.
Es parte de una conservación escuchada en Matadepera, Barcelona, el pueblo con mayor renta per càpita de Cataluña, según las estadísticas oficiales. Situado entre Sabadell y Terrassa, a las faldas de la montaña de La Mola, en el parque natural de Sant Llorenç del Munt, actualmente está mejorando la pavimentación de las calles de la zona principal del pueblo. La zona más transitada es la que provoca un sinnúmero de comentarios de ciertas personas(afortunadamente no todas) que no están acostumbradas a aguantar más obras que aquellas que ellas dirigen a través de sus empresas en otros lugares, o que su ámbito de vida no permite ni el barro ni el polvo ni tampoco esa masa laboral encargada de cobrar míseros sueldos que les suelen pagar los que gozan de tanta renta, quizá ganada con el sudor de los de enfrente.
La realidad de quienes viven bien, comparados con los que trabajan en las calles, son dos extremos que los nativos no permiten ni que se rocen. Casi todos los trabajadores que se encargan de dejarles unas bonitas calles son marroquíes, personas con una gran agilidad en el trabajo, con escasas pérdidas de tiempo y con una amabilidad exquisita cuando se debe facilitar la movilidad de quien no tiene más remedio que pasar. Y estos son los degradados, los que sobran, los que huelen.
Aquellas damas están acostumbradas a convivir en su pueblo con carteles alusivos a Matadepera solidaria, acogedora, respetuosa con los derechos humanos, ecológica y no sé cuántos lemas más que algunas ONG cuelgan de las farolas, pero sus mensajes quedan colgados muy altos y a merced del viento. Bastantes personas del núcleo con la renta tan alta sólo conviven con los emigrantes que les atienden su casa, les cuidan sus hijos o les arreglan sus calles. No, no, aquí si vive algún emigrante debe ser algún ejecutivo o ejecutiva de algunas empresas multinacionales (o quizá de las de aquí, de las que aman tanto a su país - aquí se llama Cataluña- que se externalizan o cierran y se trasladan a Marruecos, China o los países del Este).
Afortunadamente en Matadepera hay un gran movimiento cultural y grupos que no son así, y que sitúan la rentabilidad de los derechos humanos por encima de la riqueza tan elevada de las arcas municipales y personales del vecindario. Sin embargo, es preocupante que haya tanta gente tan racista con quienes nos recuerdan que hay trabajos que despreciamos y, encima, dejamos retratado nuestro nivel mental maltratando a quienes los hacen para que sigamos presumiendo de esos privilegios que tenemos con un ¿nivel de vida? que nos puede conducir a veces al olvido de la condición humana, o sea, de nuestra condición.

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