Las desigualdades de las tragedias mediáticas
Estoy indignada con esta sociedad de la última hora y de golfos. Perdona pero lo de golfos no va por ti. Esto es el papanatismo de los poderosos que encumbran sus tragedias hasta hacérnoslas universales. No hay derecho a que el sufrimiento de unas personas que no tienen culpa de nada sirva para todo. Ya sabes a lo que me refiero y además tú eres en cierta medida culpable. No paras de enseñarme a interpretar las noticias que nos ofrecen tantos medios y lo que provocas es que coja unos cabreos considerables.
Te lo explico en pocas palabras. Desde el mes de mayo en muchos sitios cundió una gran preocupación por la situación que se les venía encima a muchas poblaciones subsaharianas de países como Níger, Mali, Etiopía, Sudán.Más de lo mismo. La hambruna por la sequía era aún mayor que la habitual. La cosecha de mijo era ínfima y el agua, bajo mínimos. No creas que el tema se ha solucionado, según mis informaciones. Hombre, más ayuda internacional hubo, y también de gente a la que ciertas imágenes les tocó la fibra sensible de su solidaridad bancaria. Pero ahí tenemos el continente africano, el peor retrato de los desmanes producidos por los civilizados europeos. De vez en cuando se cuelan unos segundos en la televisión. O una ONG pide ayuda urgente en la televisión en medio de otros anuncios que incitan al consumismo puro y duro. Menos mal que aún hay gente abnegada y también políticos y organizaciones de todo tipo que sostienen el escaso optimismo que les suscita África. Yo entiendo muy bien que con esta situación quieran saltar verjas, meterse en pateras o entre los ejes de un camión. Yo en su situación haría lo mismo.
Ahora te explico lo de los golfos. No hablo de personas, me refiero a accidentes geográficos que soportan el sufrimiento de inocentes. Ayer los golfos de México y el Pérsico nos mostraron la cruda realidad. Los Estados arrasados por ese huracán eran el centro de la atención mundial por pasar en un momento de la opulencia de la vida de Estados Unidos a la nada provocada por el agua. Imágenes impactantes, seguro que comparables a tantas de tantos países africanos que no son Estados Unidos y que no tienen miedo a perder nada porque nada tienen. Nos aterra verles encima de los tejados, hacinados en polideportivos, muriéndose de hambre y sed rodeados de tanta agua dulce. A mí me han aterrado siempre también las realidades africanas. Y recuerda que muchas víctimas del huracán eran remotos descendientes de sus antepasados esclavos provenientes de países de África.
Sigo con noticias y con imágenes. De golfo a golfo. También me ha impactado la mortandad de Bagdag, un país que está como está por culpa del mismo que gobierna en los Estados de Luisiana, Misisipí, Alabama, Georgia o Florida.Es incríble que un país capaz de organizar desembarcos en Normandía, en Vietnam, en Irak y donde les interese, no saben cómo vaciar estadios de fútbol o tejados de casas. Cada vez nos creemos menos nediáticos poderíos para asfixiar a los demás sin saber reaccionar a los problemas de casa. Muchas películas nos han vendido. Oberva ahora el Golfo Pérsico, una catástrofe continua y no precisamente por la rotura de un dique causada por el tifón Katrina. Las imágenes de cada golfo seguro que han circulado por todos los satélites hasta las pantallas más escondidas. No creo que el sufrimiento de las personas deba ser proporcional al efecto puntual que provoca una situación concreta y pasajera. Es grave la inundación, también la ocupación americana y la psicosis de muerte iraquí y, por supuesto, esas realidades que no cambiarán en África. Pero todas creo que deberían tener su importancia y convertirse en imágenes fijas e inamovibles hasta que se solucionen.
En este tema soy escéptica y pesimista o, si lo prefieres, realista. Ojalá me confunda.
Te lo explico en pocas palabras. Desde el mes de mayo en muchos sitios cundió una gran preocupación por la situación que se les venía encima a muchas poblaciones subsaharianas de países como Níger, Mali, Etiopía, Sudán.Más de lo mismo. La hambruna por la sequía era aún mayor que la habitual. La cosecha de mijo era ínfima y el agua, bajo mínimos. No creas que el tema se ha solucionado, según mis informaciones. Hombre, más ayuda internacional hubo, y también de gente a la que ciertas imágenes les tocó la fibra sensible de su solidaridad bancaria. Pero ahí tenemos el continente africano, el peor retrato de los desmanes producidos por los civilizados europeos. De vez en cuando se cuelan unos segundos en la televisión. O una ONG pide ayuda urgente en la televisión en medio de otros anuncios que incitan al consumismo puro y duro. Menos mal que aún hay gente abnegada y también políticos y organizaciones de todo tipo que sostienen el escaso optimismo que les suscita África. Yo entiendo muy bien que con esta situación quieran saltar verjas, meterse en pateras o entre los ejes de un camión. Yo en su situación haría lo mismo.
Ahora te explico lo de los golfos. No hablo de personas, me refiero a accidentes geográficos que soportan el sufrimiento de inocentes. Ayer los golfos de México y el Pérsico nos mostraron la cruda realidad. Los Estados arrasados por ese huracán eran el centro de la atención mundial por pasar en un momento de la opulencia de la vida de Estados Unidos a la nada provocada por el agua. Imágenes impactantes, seguro que comparables a tantas de tantos países africanos que no son Estados Unidos y que no tienen miedo a perder nada porque nada tienen. Nos aterra verles encima de los tejados, hacinados en polideportivos, muriéndose de hambre y sed rodeados de tanta agua dulce. A mí me han aterrado siempre también las realidades africanas. Y recuerda que muchas víctimas del huracán eran remotos descendientes de sus antepasados esclavos provenientes de países de África.
Sigo con noticias y con imágenes. De golfo a golfo. También me ha impactado la mortandad de Bagdag, un país que está como está por culpa del mismo que gobierna en los Estados de Luisiana, Misisipí, Alabama, Georgia o Florida.Es incríble que un país capaz de organizar desembarcos en Normandía, en Vietnam, en Irak y donde les interese, no saben cómo vaciar estadios de fútbol o tejados de casas. Cada vez nos creemos menos nediáticos poderíos para asfixiar a los demás sin saber reaccionar a los problemas de casa. Muchas películas nos han vendido. Oberva ahora el Golfo Pérsico, una catástrofe continua y no precisamente por la rotura de un dique causada por el tifón Katrina. Las imágenes de cada golfo seguro que han circulado por todos los satélites hasta las pantallas más escondidas. No creo que el sufrimiento de las personas deba ser proporcional al efecto puntual que provoca una situación concreta y pasajera. Es grave la inundación, también la ocupación americana y la psicosis de muerte iraquí y, por supuesto, esas realidades que no cambiarán en África. Pero todas creo que deberían tener su importancia y convertirse en imágenes fijas e inamovibles hasta que se solucionen.
En este tema soy escéptica y pesimista o, si lo prefieres, realista. Ojalá me confunda.
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