Una higiénica posibilidad: estar desconectado
.No, no lo hagas a menudo porque sino nos quedaríamos sin nuestras charlas o monólogos digitales. No se trata de cerrar este canal de comunicación y dejarnos sin nuestra común vía de dar a conocer nuestras elucubraciones.
Tú eres una reina de tantos aparatos como hoy se han instalado en nuestras vidas. La televisión ya sólo llama la atención por la nueva cara que nos ofrecerá la TDT, la televisión digital terrestre. O nuevas emisoras. Pero las conexiones, sonidos, músicas y demás avisos están en el aire. Tú estás todo el día tan conectada como estamos el resto.
Me has hablado de las investigaciones médicas ante este fenómeno. Yo te he añadido informaciones de sociólogos y estudiosos de los efectos de las tecnologías. Son campos aún sin profundizar demasiado. Pero todos ya somos conejillos de indias capaces de mirar atrás y deducir qué importantes cambios han entrado en nuestras vidas. No hace falta que los estudiosos confirmen las verdades a voces y cobren un dineral por informes en que escriben con palabras técnicas las conclusiones a que llega la gente de la calle.
Has comentado el valor de los móviles para casi todo. La perla que más quiere la inmigración. El objeto que demuestra que existes porque eres una unidad comunicativa. Tantas vidas como ha salvado, tantas cosas de las que son testigos las ondas. Y no hablemos de esta herramienta tan querida, Internet.
De todas formas ya hay quien preconiza la necesidad de permanecer desconectados en algunas franjas horarias o días de la semana. No estar todo el día localizable, pendiente de avisos, mensajes, buscadores, correos electrónicos, foros, chats, navegadores. Dicen que estamos construyendo una imagen virtual del mundo real porque creemos que la realidad es la virtualidad.
Y mientras sometemos a juicio si ya somos capaces de tal desconexión, mira a tu alrededor y comprueba fenómenos como tantas antenas parabólicas en tejados, terrazas o ventanas de los inmigrantes. Conectados a su mundo dentro de otro país, igual que cada uno se introduce en su mejor realidad. Huir por momentos del entorno vital para identificarse con los orígenes, lejanos pero nostálgicos.
Desconexión: habría que saber de qué. Si no tanto de aparatos como de ideas, no tanto de tecnología como de ideologías (que incluso pueden brillar por su ausencia); con tanta información y poca selección, con mucha comunicación y con menos conocimiento.
Tendremos que seguir aprendiendo. Para eso estamos conectados. Pero probaremos a ver si desconectando a veces también se vive.
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