Puedo tenerlo pero no quiero
No, esta frase no la oirás a menudo hoy día. En general casi no se dice y menos en público. Todo lo contrario: puedo tenerlo y quiero. Así la ratificamos con la práctica diaria. Queremos más y que nos vean con ese objeto del deseo de nuestra propiedad. Es verdad. Nos repetimos en los mensajes. Será porque nos interesa y nos gustaría que se reflexionara más con tendencias en contra de la corriente general.
Y espera. Pronto llegará ese momento del año en que la falsedad consumista nos asaltará por todos los lados: la Navidad. Ese tiempo en que aparecen por doquier las mercancías de tantos contenedores transportados allende los mares, llenos de tantos productos elabordaos con sangre, sudor y lágrimas por parte de quienes aún se conforman con que les contraten para eso.
Deben ser así estos tiempos modernos y tú también contribuyes, igual que yo. Ofertas por doquier, bancos que regaln objetos de cocina, jamones con un televisor incorporado, dos por uno o uno cada dos, rebajas, ofertas por final de temporada o por cierre de negocio. Y regalos y sorteos por doquier. Me dices a veces que quién será capaz de comprar por un posible sorteo que te adjudicará un improbable regalo. La compra compulsiva está tan estudiada que tú y yo también caemos. Mira esta web que una persona seguidora nuestra nos recomendó: http://www.consumehastamorir.com/
Sin embargo, cada vez hay más granitos de arena que conforman una amplia superficie en la que el tener, el poder, el necesitar y el comprar pretenden hacerlo a su manera, cuando lo crean oportuno. No por imperativo de la legalidad del marketing. De todas formas, no creas que esta gente llegará a ser mayoría. Serían un peligri público. Podrían detenerlo todo y ellos serían las primeras víctimas. No, tampoco ellos tienen la famosa palanca o puntoi de apoyo que buscaba aquel sabio griego.
Y tú respondes: depende...
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