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el informador informal

Las energías de la opinión pública

La economía nos mueve, tú lo sabes muy bien. Es un potente motor, quizá semeja el punto de apoyo que necesitaba la palanca de aquel sabio griego, con la que movería el mundo. Claro que mueve el mundo la economía. Nos presiona, nos aprisiona y nos hace gastar muchas energías.
Ya que mencionamos esa palabra, fíjate en el tema energético español. Tú también sabes que una de las preocupaciones prioritarias es ése, la energía. Lo hemos comentado aquí varias veces. Debido a su importancia presente y futura, las empresas están en el punto de mira de otras y de grupos multinacionales tan voraces que lo quieren tener todo bajo su control.
Aquí, días pasados, líderes de opinión y políticos de todos los pelajes, vociferaron en contra del intento de compra de una empresa eléctrica por parte de una gasista catalana. Los conservadores vieron en la operación casi el fin del mundo. Que si la electricidad quedaría en manos de Cataluña, que si los socialistas estaban detrás de todo, que si no habría competencia. Por no hablar de los berridos y sinrazones de quienes se oponen a cualquier cambio que no pase por sus manos. Casi no se podía escuchar a los entendidos, los economistas, porque la rancia derecha quería imponer sus supuestos juicios. Tres eléctricas importantes y, de ellas, una a manos catalanas, otra compraría posibles restos de la anterior y quedaba libre una, gallega. Ésta pertenecía a varios bancos o cajas, pero en especial uno. No te digo nombres porque no sólo no me pagan por hacerles publicidad sino que tengo que satisfacerles mensualmente su factura.
La eléctrica gallega estaba en buenas manos, o sea, bastante conservadoras pero manos de la economía. Ayer ese gran banco puso ala venta sus acciones. Acudieron al botín los que tenían liquidez en la caja y perseguían grandes controles del futuro energético. Pero hubo uno que se llevó esas acciones en venta, el 22 %. Quien lo hizo es uno que tú ya conoces, un presidente de fútbol conservador, experto en convertir el palco del campo de fútbol en un negociado especulativo, en un mercado de prebendas y operaciones. Como casi todos los presidents, supongo. Pues resulta que ahora, aquellos que clamaban contra la compra catalana, aún no han denunciado que una empresa eléctrica gallega queda en manos de un empresario de derechas madrileño, uno de los suyos, vamos.
Para que observes cómo cambian las cosas y cómo la opinión pública, o sea, lo que nosostros comentamos, lo que quieren que digamos, escuchemos, pensemos o repitamos, todo está sujeto a veces a las leyes del mercado. O a los intereses más públicos o más tácitos. Y después dicen que somos libres para pensar, que nadie manipula y que se respetas las decisiones ajenas. Palabras...

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